"ESCRIBIR SALE DEL ALMA"
Gabriel García Márquez".

"África es uno de los continentes más ricos del mundo en recursos minerales,  pero tiene a la gente más pobre del mundo". Y la más explotada, también. 
Southern Africa Resource Watch (SARW)

sábado, 29 de marzo de 2008

Rock in Maputo

La vida sigue y cuando creo que nada de esta ciudad me puede asombrar el destino juega sus cartas y me vuelve a sorprender una vez más.
Toda la gente en mayor o menor medida tiene su idea de lo que es África. Las imágenes y noticias que los medios de comunicación nos muestran hacen que la gente conozca sólo "una parte de la realidad" de este gran continente. Y por eso mismo, como este continente es tan grande todavía hay un montón que desconocemos. En todos los sectores y en todas las áreas todavían quedan muchos estereotipos que romper.

Si alguien alguna vez me hubiera dicho que en Moçambique o mejor dicho que en Maputo había bandas de rock... nunca lo hubiera creído. Cuando se piensa en la música africana en seguida nombres como Fela Kuti, Ismaël Lô , Cesária Évora o Youssou Ndor son los que a cualquier persona normal y corriente le vienen a la cabeza.

A mí me encanta todo tipo de música, puedo decir que escucho de todo y bailo lo que me pongan aunque he de reconocer que hay una parte de mí que tira más para los sonidos negros. Todo lo que tenga raiz de música negra (jazz, latin jazz, afro jazz, reggae, afro beat, r&b, marrabenta, timbila...etc) me encanta y me apasiona.
Aquí en Maputo como he mencionado en alguna otra entrada de este blog la música se respira y se vive de forma intensa, como nunca antes lo había vivido. Tiene mucho peso y hay muchos artistas de gran talento que famosos o no famosos sienten la música y la transmiten de manera única. No sólo los músicos tradicionales tienen su hueco en esta ciudad, hay una generación de jóvenes que están mezclando música tradicional con música moderna o aún más... hay también otros artistas que se alejan de los sonidos tradicionales y se acercan más a los sonidos más actuales y modernos. Y aquí es donde entra de lleno el género ROCK, porque como se diría en inglés... Maputo rocks.

Amável es un rockero moçambicano, uno de los mejores guitarristas que tiene esta ciudad y una referencia para los fans de este género aquí. Algo tan normal como es tocar en la calle (en cualquier ciudad europea es rara la vez que no se encuentre a un grupo o algún solista tocando en alguna callejuela del centro de la ciudad) aquí en Maputo no se ve. Vamos que no es normal. Amável desde hace unos meses ha decidido sacar el rock a la calle y una vez al més, él y su banda eligen una rua (calle) de esta ciudad para tocar por unas horas en directo para todo el mundo.
Con curiosidad la gente se acerca y se sorprende de ver a alguien tocando este tipo de música en la calle. Amável siempre acaba tocando algo de blues al final de cada actuación y es sorprendente ver la buena acogida que tiene entre la gente.

Nadia, una veinteañera rockera siempre acompaña a Amável en estos conciertos en la rua. Otro talento que como mujer y como rockera lucha por hacerse un hueco dentro del mundillo musical de este país. Aunque la música jazz, afro jazz, reggae, marrabenta y la pasada tienen mucho peso y son los géneros estrella. Hay también una minoría a la que el rock, el black metal o el heavy metal les apasionan y siguen fielmente.

Me parece maravilloso que no todo se queden en "clichés" y "estereotipos". Algunos de mis amigos moçambicanos se quejan de la imagen o las imágenes que llegan de Moçambique a Europa. No quiere decir que nieguen la realidad, porque hay una realidad de pobreza, miseria, SIDA y falta de infraestructuras importante. "No se puede tapar el sol con un dedo" comento siempre, pero también hay mucho avances y mejoras que nuncan salen en los medios.


Esta entrada es una lanza a favor de romper estos"clichés y estereotipos" en lo que a Moçambique se refiere (aunque yo soy la primera en reconocer que la realidad a veces tiene mucho más peso de lo que pudiéramos imaginar, lo vivo y lo veo diariamente). Pero esta entrada es para todos estos artistas y músicos que conozco aquí (para todos, los famosos y los no famosos) que nos enriquecen con su talento y sus creaciones. Esta entrada especialmente va para esa minoria, si señores, esa minoria que existe y que creo que también se merece tener un lugar dentro del mundo musical moçambicano.

Maputo rocks... Rock in Maputo...



domingo, 23 de marzo de 2008

I: LOS 6 "MOSQUITEROS" EN NIASSA

Niassa es una de las once provincias que componen Mozambique. Está al norte del país y limita al oeste con Malawi y con Tanzania en el norte. Allí las lenguas que se hablan además de portugués son el Jawua y Nhanga (aunque hay mucha gente que no habla portugués). Lo atractivo de Niassa es el Lago Niassa o el "lago de las estrellas" como se le conoce coloquialmente y que está en el Valle del Rift entre Malawi, Mozambique y Tanzania. Es uno de los grandes lagos africanos y más bien parece un mar en el medio de la nada.
Y aquí es donde los "6 mosquiteros" decidimos viajar. Sip... recién llegados de Madrid Ana, Moisés y Horten y desde terras moçambicanas Odette, Steph y una servidora. Ninguno imaginábamos lo que íbamos a pasar. Esto sí que ha sido una aventura... nada de rutas turísticas ni guías de viajes (por cierto, teníamos tres guías de viajes sobre Mozambique... las tres absoletas, vamos que era como si no lleváramos guías... por eso el viaje acabó como acabó...). Desde este momento creo que lo de tener una "guía turística" no sirve para mucho, sobre todo si la información sobre este país no es muy actual y los lugares que recomiendan "no existen"...

Lo de los "6 mosquiteros" creo que lo podéis imaginar... si señores, el factor "mosquito" aquí jugó un papel importante. Nosotros armados con repelentes de todo tipo (en spray, en barrita, parches, inciensos sin olvidar como no las mosquiteras) para enfrentarnos a los implacables mosquitos. Aunque no sólo nos tuvimos que enfrentar a los mosquitos, también a las pulgas, hormigas y demás bichos de más de seis patas.
Creo que para todos ha sido algo especial, porque no ha sido el típico viaje "turístico" sino que realmente hemos conocido y vivido el Moçambique más profundo. Nada de rutas organizadas y "hoteles de guiris". Nos hemos alimentado a base de galletas y arroz, hemos estado dos días viviendo en una aldea de pescadores sin agua corriente, hemos recorrido aldeas en una vieja camioneta que hacía de chapa, hemos dormido en medio del mato sin agua ni electricidad y hemos conocido gente.

Por otro lado... haciendo un poco de memoria son más los momentos buenos que los "no tan buenos". La gente ha sido hospitalaria, cariñosa y sencilla. Hemos reído con ellos, filosofado sobre la vida y conociendo realmente los rincones más locales, inéditos y singulares de Niassa. Hemos disfrutado de cielos estrellados, lunas llenas de película, paseos por aldeas maravillosas y ruas escondidas, mercados de capulanas y niños de sonrisas interminables, papas e mamas moçambicanos que nos trataban con ternura, hemos tomado baños en un lago que parecía un océano, cervezas en bares abandonados, viajes en pickups ilegales, caminatas por mercadillos locales, charlas con "abueletes-motoristas" y sobre todo hemos reído y disfrutado mucho.
Si, muchas risas, estrés, nervios, cansancio, felicidad... todo un cúmulo de experiencias y de sentimientos que todos recordaremos. Han sido tantas cosas vividas que he decidido escribir pequeños relatos de los momentos más especiales. No ha sido fácil... es difícil resumir todo en un par de entradas de blog...pero lo he intentado. Así es y así sigue mi vida en Mozambique.

Asanti a todos
(es como se dice "gracias" en las lenguas Jawua y Nhanga de esta zona moçabicana)

II: AVENTURA EN CAMIONETA MOÇAMBICANA

A las cinco de la mañana ya estábamos listos y preparados para comenzar nuestros merecidos días de descanso. Después de disfrutar de Maputo, a todos nos apetecía fugir de la capital y disfrutar del mato, de la naturaleza y como no, de la aventura de un viaje improvisado.

El día estaba nublado y antes de llegar a nuestro primer destino, Lichinga debíamos hacer como no, parada obligatoria en Beira y Nampula. Un viaje en avión de cuatro horas, que al final por retraso en la salida de Maputo se hizo un poco más largo de lo previsto. La lluvia nos acompañaba y mi pobre amiga Ana estaba “traumatizada”. Había dejado los cielos grises y el mal tiempo de Madrid en busca del sol africano, y se había encontrado con cielos nublados y mucha lluvia. Pero como yo le decía

A media mañana ya estábamos en Lichinga. Un aeropuerto pequeño, rudimentario y algo caótico, pero habíamos llegado. Después de negociar con dos taxistas nos dirigimos directamente al mercado de la ciudad. Allí nos había dicho que encontraríamos el chapa que nos llevaría hacia nuestro destino que era Coubé a las orillas del Lago Niassa. Desde Lichinga hasta Coubé en chapa eran casi 10 horas de trayecto, así que decidimos parar en Metangula (a mitad de camino).

En cuanto llegamos al mercado y salimos del taxi, no sé ni cuándo ni cómo acabamos en lo que nosotros pensábamos era un chapa local y resultó ser una camioneta “ilegal” que a parte de transportar mercancias también transportaba personas (de eso nos enteramos cuando nos paró la policia en la carretera y estuvimos esperano un buen rato a que nuestro "conductor" negociara con ellos y pudiéramos seguir nuestro camin).

Lo mejor de todo fue esperar casi una hora para salir. A todo esto nosotros sentaditos y con un pasando un calor indescriptible. Bajo un cielo gris y con mucho calor Ana y Horten decidieron ir a buscar agua. Como si de la Ley de Murphy se tratara... no habían pasado ni dos minutos y al conductor de la camioneta le dio por arrancar. ¿Os podéis imaginar la escena? Nosotros desde la parte de atrás gritando que parara y el tío acelerando como alma que lleva el diablo por todo el mercado. Cuando se dio cuenta de los gritos (me imagino que con la música a todo volumen en la cabina del conductor no se había dado cuenta) paró. Retrocedió de nuevo y empezó a pitar como un loco por en medio de la calle que cruza el mercado. Después volvía a parar, aceleraba, arrancaba y volvía a pitar. Uno de sus “ayudantes” se acercó a la parte trasera donde estábamos nosotros y nos dijo que teníamos que salir y que “las que faltaban” podían “apanhar otro chapa”.

Lo que no sabía este “ayudante” es que Ana y Horten habían bajado del camión con lo puesto y el dinero justo para comprar agua. Ni documentación, ni mochilas... a parte del hecho de que era la primera vez para las dos que viajaban a Mozambique, la primera vez en una “capital de provincia moçambicana” y no hablaban nada de portugués y por supuesto cualquiera de los dialectos... ¿¿cómo os íbamos a ir dejándolas tiradas?? Era lo que se me pasaba por la cabeza. Estábamos nerviosos en ese ir y venir de “acelerones” y prisas que tenían el conductor. Yo instintivamente pensé en saltar del camión y buscarlas. Mi amiga Steph en seguida me detuvo...¿¿cómo iba a saltar del camión en marcha??. Así que tratamos de calmarnos como pudimos y convencer a “nuestro conductor” de que “esperara” (y este lo hizo a su manera... pitando y acelerando cada vez que podía). En un momento que paró el camión Moisés y Steph saltaron a la calle para ir en busca de Ana y Horten. Fueron los diez minutos más largos y angustiosos que he pasado en este viaje.

Me quedé con Odette y el resto de viajeros que iban en el camión esperando. Y por fín aparecieron... de repente cuatro mulungus con paso acelerado abriéndose camino entre la gente. Por fín habían llegado y ya podíamos partir rumbo a nuestro primer destino: Metangula.

III: CETUKA COMPLEX en CHIWANGA BEACH

El camino rumbo hacia el Lago Niassa es largo por carretera. Sobre todo si se viaja en una vieja camioneta y que además para en cada aldea recogiendo y dejando pasajeros. Dos maderas improvisadas hacían de “asientos” y en un pequeño espacio nos amontonamos todos los “viajeros” entre sacos de mandioca, cajas de cervezas, sacos de harina, barreños con maíz...cuando ya pensábamos que no cabía nadie más nuestro “simpático conductor” paraba y subía más gente.

El camino de asfalto se tornó en un camino de tierra y piedras. Los huecos de la “carretera” hacían que tuviéramos que agarrarnos al techo para no salir despedidos entre vaivén y vaivén.

Es increíble poder saber el aguante que puede tener una persona para viajar en estas condiciones. Si es que hasta viajar en chapa en Maputo me parece viajar en un “súper autocar de 5 estrellas”. Porque el viajecito desde el principio hasta el fin fue muy movido. Y pensar que el trayecto que hacíamos es el normal y habitual para muchas de las personas de esta zona....

Así que cada vez que el camión paraba nosotros aprovechábamos para mirar las guías. Coubé estaba muy lejos y en las condiciones en las que viajábamos era una locura. Con lo pronto que anoche lo mejor era pasar la noche y viajar al día siguiente. Decidimos dirigirnos a Chiwanga, una aldea a 7km de Metangula y ya parte del Lago Niassa.
Cuando llegamos a esta pequeña aldea nos encontramos con unas casas abandonadas que eran el Cetuka
Complex,“hotel-hostal-pensión-posada”, donde nos íbamos a quedar. Tampoco había mucho donde elegir así que fuimos a mirar las habitaciones. En una especie de barracones se alzaban las habitaciones de este singular “resort” (como ellos lo llamaban). Dos camas y mosquiteras era todo lo que tenían. El cuarto de baño era un “zulo”, con un agujero en la pared por el que entraban toda clase de bichos. Estábamos tan cansados y sin tener más opciones decidimos quedarnos allí. Sólo era una noche así que no importaba. Viendo el panorama lo más fácil era sacarle “peros” al lugar... pero y valga la redundancia tenía su encanto.

Teníamos justo en frente de las barracas un lago inmenso que parecía un mar, con olas y todo. Una “playa” de arena limpia que no tenía fin. Un cielo estrellado de esos que te hacen soñar. Este lugar tenía una especie de bar. Cerveza, Fanta, coca-cola, vino y agua era lo que tenían. Sin olvidar una especie de comedor que hacía de restaurante. ¿qué más podíamos pedir? Dejamos nuestras mochilas en las habitaciones y decidimos disfrutar del momento. Deleitarnos sentados a la orilla de la vista del lago antes de que anocheciera. Chiwanga beach, como se conoce en la zona.
Ya eran casi las seis de la tarde y en poco tiempo el día se convertiría en la noche más profunda. Una joven apareció para preguntarnos qué queríamos para cenar. No habíamos comido nada en todo el día (desde que salimos nuestro alimento habían sido las galletas) y pedimos de todo: arroz, xima (una especie de masa de maiz), gallina y pescado del lago. Una cena bajo la luz de la luna, acompañada de cerveza y vino y con el sonido de las olas del lago de fondo. Una servidora cayó rendida de sueño, los otros “mosquiteros” continuaron bebiendo y filosofando sobre la vida.


IV: CHIWANGA... DONDE EL TIEMPO SE PARA

Chiwanga es una pequeña aldea. Con casas hechas de adobe y algunas de ladrillo con techos de paja. La mayoría de la población vive de lo que cultiva (papaya, patata y maíz) y de lo que pesca. Es una aldea de pescadores. Los hombres viven del lago, que es su fuente de subsistencia.

Todas las mañanas se ve a pescadores de todas las edades (mayores, jóvenes y niños) a las orillas del lago. Preparando sus embarcaciones, tejiendo sus redes de pesca y preparándose para el día que comienza. Es un paisaje “idílico” y tranquilo. De repente es como si el tiempo se hubiera parado y uno se siente privilegiado por poder se testigo de todo eso.

El transporte no es muy bueno. Si no tienes un coche, o mejor dicho un 4x4 el único medio que hay son las chapas o caminar. Sin saber que sólo pasaba un chapa al día para ir a Coubé decidimos quedarnos otro día más en Chiwanga. Habíamos perdido el chapa de las cinco de la mañana. Tratamos de averiguar otros medios y nos encontramos con que la única solución era conseguir un “transporte privado”. Esto quería decir buscar a alguien que tuviera coche y nos llevara hasta Coubé. El camino o la carretera era mucho peor que la de Lichinga a Chiwanga. Nos separaban unos 105km de nuestro destino y todo el mundo nos decía que tardaríamos como mínimo cuatro horas. En chapa nos decían que eran seis y en coche unas tres o cuatro.


Sin poder hacer nada decidimos conocer la aldea y pasar el día en esta parte del lago. La experiencia maravillosa, los niños salían de sus casas y nos seguían por esos caminos africanos que tanto me gustan. Entre baobas y tierra nos parábamos, saludábamos y jugábamos con ellos.

La gente nos miraba, éramos los únicos blancos en “aquellas tierras”. En medio de la plaza de Chiwanga había un árbol enorme, milenario diría yo y todos los hombres del pueblo alrededor. Cuatro tenderetes y poco más formaban el paisaje de este lugar. No pude evitar ir en busca de alguna capulana, esas telas de colores que usan las mujeres para vestirse. En un pequeño tenderete a la salida del pueblo y encontré lo que buscaba. Una linda capulana made in Tanzania (en esta zona casi todas las capulanas vienen de allí). Después de la “compra” de vuelta al Cetuka Complex. De vuelta a las orillas del lago y de vuelta al lugar del mundo donde el tiempo se para y las olas de este lago tienen un sonido mágico, hipnotizante y embriagador.

V: EM LICHINGA COM O SENHOR DAVID.... O IBRAHIM FERRER MOÇAMBICANO

Después de pasar dos días en Chiwanga y por razones de transporte y tiempo no conseguir ir hasta Coubé (en teoría es la zona del lago más turística, con una isla en frente que la gente visita por su belleza y famoso por tener un baoba de más de 2000 años) decidimos por votación popular volver para Lichinga. Era jueves y el sábado debíamos coger por la mañana un avión para Maputo y esa misma tarde mis amigos Ana y Moisés volvían para tierras españolas. Conociendo y viviendo en nuestras propias carnes cómo va el tema de transporte y comunicaciones aquí era una locura arriesgarnos a ir a Coubé sin saber con certeza si el sábado podríamos llegar a la hora al aeropuerto.
Mientras desayunábamos en el rústico comedor del “Cetuka Complex” un joven vino a buscarnos diciendo que conocía a “alguien” que podría darnos boleia para Coubé. Nosotros ya habí
amos descartado ese destino pero decidimos hablar con el tipo que ofrecía su coche (previo pago por supuesto) para que nos llevara a Metangula. Allí pasaríamos la noche y el viernes por la mañana iríamos a Lichinga. Odette y yo decidimos ir a hablar con el tipo y negociar el precio que nos iba a cobrar, porque estando como estábamos y sin chapa la única opción era pagar a un particular.

Un abuelete con pinta de mafioso se ofreció a llevarnos donde quisiéramos. Tenía un 4x$ pick-up y podía llevarnos a los seis. Después e negociar el precio quedamos con él a medio día para empezar nuestro camino de vuelta.
Pasamos nuestra última mañana en esa “playa improvisada” del lago, “mundialmente”
conocida como Chiwanga Beach. Y haciendo balance de esos días en esta pequeña aldea. Estábamos solos y desconectados del mundo. Aunque las condiciones higiénicas no había sido muy allá (no teníamos agua corriente, las habitaciones estaba llenas de bichos y nos aseábamos con un cubo de agua que cogíamos del lago a base de “cacitos”) el haber tenido la oportunidad de disfrutar la pequeña aldea y la gente como lo hicimos compensaba todas las “incomodidades” experimentadas.
A l
a una de la tarde teníamos al abuelete, un viejo funcionario del gobierno según nos contó, con su pick-up en la puerta del Cetuka listo para recogernos. Así que entre baches y vaivenes llegamos a Metangula en busca de posada. Sólo había tres conocidas (evidentemente ninguna de las que aparecía en nuestras obsoletas guías de viaje). Después de visitar enterarnos que la “mejor” estaba completa por los obreros que estaban trabajando en la nueva carretera y sin más opción de la de una “posada-antro” peor que el Cetuka Complex, decidimos volver directamente para Lichinga. En Metangula además no había acceso al lago fácilmente y no había nada que ver. Así que después de pasear por el mercado, comprar más capulanas made in Tanzania y ser la atracción del pueblo (la gente venía y se nos quedaba mirando como si fuéramos unos marcianos llegados del espacio) pusimos rumbo a la capital de provincia, Lichinga.

Decidimos ir a una guest-house llamada “Quinta Capricornio” recomendada en nuestras guías de viaje. Cuando llegamos ya no existía, habían cambiado de dueños y ahora se llama “Quinta Pessegueiro”. Estaba entre una especie de bosque y estaba formada por unas cabañas muy rústicas cuidadas por o senhor David. El empleado que se encarcaba del mantenimiento-cocina-seguridad y “relaciones públicas”. En una casa con capacidad de cuatro personas nos metimos los seis. Esta Quinta estaba muy descuidada. No tenía electricidad y tampoco agua corriente. Nosotros estábamos tan cansados, en el medio de la nada otra vez y con nuestro abuelete con prisas porque tenía que volver a Chiwanga que otra vez y bajo votación decidimos quedarnos allí.


O senhor David, es un moçambicano de unos cuarenta y tantos y natural de Maputo. Vive sólo en esta Quinta y vivió durante tres años en Sudáfrica trabajando en las minas. Ahora, por circunstancias de la vida se encontraba en Lichinga, trabajando a tiempo completo en el sentido literal de la palabra en esta quinta abandonada a las afueras de la ciudad. O senhor David nos decía orgulloso que él había cocinado para Luisa Diogo (la Primera Ministra de Mozambique) y presumía de sus habilidades culinarias.

Como llegamos de “sorpresa” (no sé muy bien cuando fue la última vez que había llegado gente para alojarse en la Quinta) no tenía nada preparado. Ni siquiera comida, pero eso sí, nos ofrecía vino y cerveza mientras llamaba a su patrao para que trajera algo de comida para la cena. Después de casi cuatro horas bajo la luz de las velas y con una botella de vino sudafricano en el cuerpo y muertos de hambre (otra vez nos habíamos pasado el día de viaje y a base de galletas) o senhor David apareció con nuestra cena: una bandeja de arroz, una ensalada improvisada, gallina y patatas otra vez y carril de carne. Devoramos todo, nos pedimos otra botella de vino y celebramos el poder estar todos juntos en Lichinga.

Esa noche la luna estaba llena, el cielo en la Quinta parecía de película y a pesar del frío (si, aunque parezca extraño hacía mucho frío) seguimos con nuestras charlas filosóficas y nos fuimos a la cama.

A la mañana siguiente ninguno de nosotros había dormido bien, la incomodidad de las camas (entre que las maderas estaban rotas, ¿verdad Odette?, el frío y los bichos) ninguno había pegado ojo. Decidimos conocer Lichinga y buscar hotel, posada para la última noche.

O senhor David fue un cielo con nosotros, este hombre me recordaba al típico músico cubano que te puedes encontrar en alguna de las calles de La Habana. Me recordaba al músico de jazz Ibrahim Ferrer cuando era joven o en su defecto al hijo de este, Ibrahim Ferrer Jr. Nuestro o senhor David, es un personajillo en el amplio sentido de la palabra.

Con su gorra de bohemio y unas grandes gafas de sol que no se quitaba ni para ir al baño, nos acompaño durante toda la mañana y fue nuestro anfitrión, guía y amigo. Nos llevó por los lugares más insospechados y locales de esta ciudad. Como buen anfitrión estuvo pendiente de todos nosotros.

Da gusto conocer gente tan hospitalaria, sobre todo si son tan divertidos como o senhor David.

Además le encantaba hacerse fotos con nosotros, beber cerveza MANICA y ginebra de “aquella marcha del señor del gorro” como decía él que era muy buena (evidentemente, nosotros le compramos un tetrabrick de esa ginebra que tanto le gustaba). Cuando le dijimos que no íbamos a dormir esta noche en la Quinta lo entendió y nos ayudó a encontrar una posada en el centro de la ciudad. Como despedida nos hizo una cena en la Quinta que creo que nunca olvidaremos.

Esta vez sin retrasos, bajo la eterna luz de las velas y con el la fría brisa de la Quinta de fondo.


domingo, 16 de marzo de 2008

Crescer para Moçambique

Hay un antes y un después. Hay ciclos que se abren y otros que se cierran. Eso lo he aprendido muy bien aquí en Moçambique. Ha llegado la época de las despedidas y las bienvenidas. De golpe en unas semanas mucha gente que quiero terminó su ciclo en este país (el trabajo, investigaciones, etc) y han vuelto a sus respectivos países. Por el contrario otra tanda de gente nueva ha llegado a esta ciudad. Se nota, llenos de ilusiones, con mucha energía, abiertos para conocer al máximo esta cultura, estas costumbres, los rincones más perdidos. Las cosas son así, no hay otra. A gente va, a gente chega... Mi mejor amiga de Mozambique es una brasileña a la que adoro. Con Steph vivo, he trabajado y he visto cómo en estos meses aquí en Maputo se ha superado poco a poco. Ella es una de las personas que ha acabado su ciclo aquí. Y antes de acabar no podía irse sin saber si un proyecto que ella misma ha visto nacer realmente salía adelante. Y entre este ir y venir mi mejor amiga de toda la vida de España llegó por fin a estas tierras. No llegó sola, Moisés, también estaba con ella. Siento como si llevaran aquí toda la vida. Con ellos, con los tres estoy compartiendo, desubriendo y conociendo este país. Estamos viviendo y sintiendo "mi vida en Mozambique". Este país tiene muchas cosas buenas y preciosas por conocer. Pero también tiene una realidad que no se puede ignorar. Países de contrastes, país de utopías.

Como buena anfitriona les he llevado a ver la ciudad, lo turístico, lo bonito... y como buena "afitriona concienciada" también les he llevado a ver lo menos bonito, la realidad, lo que está fuera de la "burbuja turística". Ayer viajamos a la localidad de Boquisso, para visitar un proyecto educativo de una pequeña ONG moçambicana.
Boquisso está a una hora en coche a las afueras de Maputo. En chapa la primera vez que fuimos Steph y yo tardamos casi 5 horas. El camino no es fácil, nosotras tuvimos que coger tres chapas y el resto del camino hacerlo andando.
Esta vez la cosa era distinto. Íbamos en el coche de Sergio. Los cinco expectantes de cómo iba a ser este día. No queríamos imaginar nada, no queríamos hacernos expectativas, no queríamos ir con "ideas preconcebidas...", estábamos abiertos para ver lo que fuera. Nos gustara o no nos gustara... íbamos a conocer la realidad de esta pequeña Boquisso. Nada más llegar los organizadores y representantes de AMAC nos recibieron de forma cariñosa e ilusionados porque "lo habíamos conseguido". Habíamos llegado a esta aldea perdida que ni siquiera aparece en los mapas. Quizás no esperaban que llegáramos hasta allí. Y eso fue lo que les hizo más feliz. En seguida nos llevaron a un pequeño cuarto y nos dieron una camiseta y una gorra de la organización como las que llevaban ellos. Nosotros encantados con la bienvenida y felices de ser tratados como ellos. Sin diferencias e iguales ante un nuevo proyecto.

La pequeña ONG que visitábamos se llama AMAC (Asociaçao Moçambicana de Amigos da Criança) y estaba celebrando que había conseguido una pequeña subvención para la escuelita. Ese dinero significa material escolar, uniformes, crear un taller de costura y otro de carpintería para los niños y adolescentes de Boquisso y redes mosquiteras. Para mí ha sido tan importante estar en este momento de inauguración y celebración. Después de mi "crisis de fe en la cooperación" esto me ha devuelto la confianza. Realmente la cooperación la hacen las personas y esto es el mejor ejemplo de todo.
A continuación nos dirigimos a conocer el terreno, visitar dónde se iba a construir un pequeño campo de fútbol para los niños. Dónde iba a estar el centro de formación de costura y carpintería. Ver in situ el material escolar, las redes mosquiteras y los uniformes que se iban a dar a los 160 niños de esta escuelita de esta pequeña localidad. Y valió la pena. Ana y Moisés estaban impresionados con esta primera experiencia. Creo que no lo esperaban. Steph, Sergio y yo aunque ya conocíamos el proyecto, no podíamos dejar de evitar sentirnos abrumados con los "millones" de sentimientos que recorrían nuestro corazón en esos instantes. El corazón a mil por hora. El proyecto Crescer para Moçambique, una realidad.

Salían niños de todas partes, todos con sus sonrisas, con sus pies descalzos y con esas miradas que te llenan por dentro, esos ojos que se te clavan cual afilados cuchillos de hoja fina. No hay palabras para explicar, escribir o describir lo que una persona siente cada vez que se recibe una de estas miradas. Algunos niños nos cogían de la mano y nos sonreían. Otros simplemente nos observaban. Otros nos tocaban y salían corriendo (muchos de estos niños nunca han visto a una persona blanca). Éramos la novedad. Caminando por caminos de tierra, bajo un sol abrasador como es de imaginar, muertos de sed pero nadie se quejaba. El momento que estábamos viviendo era único. Creo que todo el mundo, tanto niños como adultos éramos conscientes de la importancia de esos instantes. Sé que esto es un antes y un después en esta localidad. Los niños felices estrenando uniforme. Muchos de ellos sólo tienen una camisa, unos pantalones y ya está. A veces no pueden ir al colegio porque la única ropa que tienen está "lavada"... así que esto no era una simple inauguración, sino que ha sido mucho más. Yo como periodista, captando cada detalle y emocionada cada vez que veía la cara de felicidad de los peques con sus uniformes o con sus mosquiteras. Los niños siempre atentos a las palabras de los profesores y colaboradores de AMAC.

De un momento a otro todos nos dirigimos a una de las clases de la escuela para escuchar las palabras de los organizadores. Palabras sencillas, pero claras y directas para concienciar a todos los presentes y sobre todo a los niños de la importancia de ir a la escuela y sobre todo, la importancia de cuidarse contra el SIDA y la malaria.
Estos niños no tienen más de diez años y saben que el SIDA y la malaria matan. Desgraciadamente todos conocen a alguien o tienen algún familiar con alguna de estas enfermedades. Es su día a día y por eso cuando se habla con ellos de esto se hace de forma tan directa y sin tapujos. Es irónico comparar como una niñez según el país o continente donde hayas nacido puede condicionar tanto las "esperanzas de futuro". Mientras que en Europa con diez años muchos niños se preocupan por las "zapatillas deportivas o la consola de videojuegos X", "las clases de fútbol o el viaje a X lugar" aquí con diez años estos niños son "mini adultos". Muchos trabajan en el campo, cuidan de sus hermanos menores, llevan una casa y además ven morir a gente de SIDA o malaria. Y ellos mismos deben cuidarse de estas "montruos" que los acechan día a día. En la escuela no sólo se aprende a leer o a escribir, también se aprende a "defenderse" o tomar precauciones de los grandes males que forman parte de su vida. Porque es así, es su pan de cada día.

¿Y qué significa entonces la escuela para ellos? Pues significa formación y un futuro. "Vocês querem ser ministras e ministros... querem ser doutoras e doutores?" les preguntaba un representante de AMAC. Ellos sin dudarlo respondían que sí. No pude evitar emocionarme y soñar en un futuro, donde estos pequeños y estas pequeñas eran médicos, ministras, profesores... Creo que en ese momento nunca he deseado con tanta fuerza tener una "varita mágica", convertirme en una "hada madrina" y hacer estos sueños realidad al instante. Me puse a pensar que estos sueños de estos niños sí que son posibles de conseguir. Si hay organizaciones como AMAC quizas no sea tan imposible. A largo plazo esto es una esperanza de futuro. Yo tengo fe que en que esto no sólo es un sueño, sino que se convierta en una realidad. ¿Qué es difícil y complicado...? nadie dijo que fuera fácil. ¿Qué hay mil historias, contratiempos y obstáculos?. Sí es verdad. ¿Pero quién dice que se imposible? nadie puede decir que sea imposible. Difícil si, imposible no. Para mí este proyecto, Crescer para Moçambique, significa esperanza. Es una oportunidad para estos pequeños, un proyecto de futuro y "Crecer en Mozambique". Ha sido tan significativo compartir este momento con Steph, Ana y Moisés... y lo más importante es que los protagonistas de esta historia, los niños de Boquisso son y serán los protagonistas de un nuevo proyecto futuro. Para ellos va dedicada esta entrada de blog. Son y han sido los que a todos nosotros nos han hecho poner los pies en la tierra. Son y han sido los pequeños seres a los que estamos agradecidos: por su cariño, por sus miradas, por sus historias, por su tenacidad ante la vida, por su fuerza de voluntad, por su trabajo, por su ejemplo de lucha... por todo. Otra lección, otro aprendizaje. Todos aprendimos algo de ellos. Nadie se fue indiferente. Estoy segura de que lo que ellos nos han aportado a nosotros ha sido muchísimo más, de lo que nosotros a ellos. No tiene precio. Nos observaban y los observábamos... y por mi mente una imagen, todos estos peques y la esperanza de un futuro.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Agua, truenos y agua

Estaba en la cama y de repente un gran estruendo me despertó. Parecía el sonido de una “bomba”, como en las películas. No puedo estar soñando me digo a mí misma. Otra vez el mismo sonido y a través de un pequeño espacio entre las cortinas y las ventanas de mi habitación unas luces casi blancas van acompañando al compás el sonido de la lluvia. No estoy soñando… lo que está ocurriendo ahora mismo es real. Está lloviendo, o mejor dicho esta tronando.
En este vacío de la noche maputiense, lo único que puedo escuchar es la lluvia constante que no deja de caer y los truenos.
¿Por qué será que últimamente me da por escribir a intempestuosas horas de la noche? Y esta noche misma lo de intempestuosas me viene como anillo al dedo. Me levanto y miro el reloj. Son las cuatro de la mañana. Últimamente mis momentos de inspiración aparecen a estas horas de la noche. Ya no puedo dormir. Me asomo al balcón de casa y veo como el agua no deja de correr. Los truenos siguen sonando, porque no es uno, sino son varios y continuos. No hace frío, no hace calor y llueve otra vez mucho.

Creo que mañana volverán a aparecer "aquellas piscinas colectivas" por todas las calles de Maputo. Intento deducir qué más puede pasar. ¿Será que las mamas moçambicanas aparecerán como siempre con sus puestecillos en la calle que está en frente de mi casa? La zona de la baixa seguramente estará inundada. Por los barrios más pobres las calles de arena se convertirán en auténticos barrizales. Y esta tormenta nocturna evidentemente tendrá sus consecuencias.
Mañana Maputo será una ciudad caótica. Ya me he acostumbrado a las consecuencias del agua en esta ciudad. Esta mulungu, poco a poco se ha ido adaptando cual camaleón a su entorno natural. Y aunque esté adaptada hay cosas que no dejan de sorprenderme o de llamarme la atención.
Ahora mismo hay un ciclón que se llama Jokwe azotando la zona costera del norte del país... ¿habrá llegado también aquí? Ya no puedo dormir, pero tampoco puedo pensar. Y esos estrepitosos truenos no dejan de sonar. Me pregunto si habrá más gente desvelada como yo... o si por el contrario seguirán durmiendo plácidamente.

Me asomo por el balcón otra vez. Una chapa despistada pasa por la desierta calle de agua a quinientos por hora. Va como alma que quema el diablo.
No sé cuanto tiempo paso delante de la baranda del balcón. Me quedo hipnotizada o mejor dicho soñando despierta mientras veo el agua caer. Vuelvo a mirar el reloj... con casi las cuatro y media.

Mañana o mejor dicho... en unas horas mi día en esta ciudad moçambicana comenzará. Empiezo a repasar mentalmente los compromisos que me esperan. Me espera un día ajetreado.
Mientras tanto esta noche Maputo es la ciudad del agua, la ciudad de los truenos, la ciudad de la lluvia. Ya no puedo dormir. Paso de ir a la cama. Agua, truenos y agua. Lo único en el silencio de la noche. Cuando acabo de escribir el reloj de mi ordenador marca las cinco y cuarenta y dos minutos de la mañana. Hay que ver lo que puede dar una hora. Creo que voy a seguir conectada un rato más. Ya no vale la pena que vaya a la cama. Comienza a amanecer. Hoy ya es otro día.

sábado, 8 de marzo de 2008

Feliz Dia de la Mujer

Hoy es 8 de marzo, "Día de la mujer". Recibí este texto en mi e-mail y decidí ponerlo en esta entrada...

Creo que no hay nadie como GABO para transmitir lo que somos MADRES, AMIGAS, COMPAÑERAS, TRABAJADORAS, AMANTES, HERMANAS, HIJAS, COMPLICES...

Aquí en Moçambique la mujer juega un papel oficial... ella como en el resto de África lleva el peso de toda la casa, la economía familiar, son unas mujeres increíbles... también va por ellas, por vosotras, por nosotras.

Gracias Gabo por este texto:


EL DULCE SABOR DE UNA MUJER EXQUISITA

(Gabriel García Márquez)

"Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, sino aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz.
Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.
Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño temporalmente por hacer felices a los demás.

Una mujer exquisita no es la más ardiente sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama. Una mujer interesante no es aquella que se siente
halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.

Y un HOMBRE........UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así.............. Que se siente orgulloso de tenerla como compañera...
Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento...
Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y atender tripones, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes... La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser "Muy machas" nos llevan gran recorrido...
¡Qué tontos hemos sido -y somos-cuando valoramos el regalo solamente por
la vistosidad de su empaque...

¡Tonto y mil veces tonto el hombre que come mierda en la calle, teniendo un exquisitímo manjar en casa"


lunes, 3 de marzo de 2008

Calor y animales de compañía

No puedo dormir... hace un calor increíble. Cuando ya pensaba que estaba totalmente adaptada a la compañía del "mosquito de turno", a las noches calurosas de esta ciudad llamada Maputo o al barullo de la gente y las chapas de debajo de mi casa a las cinco de la mañana todas las pruebas parecen indicar que no. O mejor dicho, esta noche no.
Son casi las tres de la mañana y sigo sin poder dormir. Hoy pretendía irme a la cama pronto, necesito descansar pero este calor, mi "crisis de fe" y la cantidad de trabajo de los últimos meses parece que están pudiendo conmigo. Aunque todo tiene solución y quizás no sea tanto... pero hoy que estoy medio desvelada me temo que sólo estoy viendo o mejor dicho sintiendo que me "ahogo".

Lo mejor sería abrir las ventas, lo más fácil y lo normal. Lo que pasa es que hay un factor importante que debo tener en cuenta: los mosquitos y demás bichos voladoras que campan a sus anchas y son los auténticos reyes de las noches maputienses .
Bizzz, bizzz, bizzz... no puedo ignorar ese "simpático" sonido de mi cabeza. Aunque me tape con la manta, encienda la luz, cierre la mosquitera, me ponga repelente o simplemente trate de acabar con el "autor material" de ese inquientante bizz de mi querido compañero nocturno. Lo gracioso de todo es que cuando acabo con uno no sé de dónde ni cómo ni cuando aparece el "sustituto correspondiente" y la historia se repite. Bizz, bizzz, bizzz... enciendo la luz y nada. Como si no hubiera nada ni "nadie". Apago la luz y otra vez... bizz, bizz, bizzz
Pero esto no es nada... también están mis queridas amigas las hormigas, las termitas, las arañas y como no, las lagartijas que no sé cómo lo hacen pero cuando menos te lo esperas están pegadas a la pared observando sutilmente todo el panorama. No me puedo quejar... sóla nunca estoy aunque según el dia la compañía me gusta o me disgusta según las circunstancias.

Los minutos pasan y decido poner la musica de Silita de fondo (Silita es un grupo de música moçambicano... otro de mis grandes descubrimientos aquí). Voy a respirar y ver lo positivo y tratar de no rallarme mucho con las ideas y pensamientos que últimamente merodean por mi cabeza.
Mmm...mañana será otro día, o mejor dicho en un par de horas empezaré un nuevo día. Voy a comprar un super insecticida, probaré otra marca de repelente y después de trabajar no haré como siempre y quedarme más horas de la cuenta... saldré a la hora oficial y trataré de dormir la siesta (nunca lo hago pero quizás así puede recuperar sueño). Parece que he encontrado una solución... esto de reflexionar mientras blogueo... es hablar conmigo misma en "voz alta". Lo que pasa es que luego sé que vosotros váis a leer esto... me da un poco de corte pero bueno... hay confianza ¿no?

Creo que esta es una de las entradas más raras que he escrito... dudo si publicarla o no pero como este es mi blog y escribo lo que me apetece... pues lo publicaré... yo también soy "humana" y también tengo mis días "paranormales" como todo el mundo.

Otra inquietud...yo quiero que este blog sea positivo, divertido y entretenido... pero creo que de vez en cuando nunca viene mal alguna reflexión trascendental... especialmente las que surgen a las tres de la mañana, bajo un calor infernal y con la mezcla de bizzz y Silita de fondo.

Siguen pasando los minutos. Ya no escucho ningún bizz, el resto de compañeros nocturnos han desaparecido por arte de magia y la canción de Mulhambukissi de Silita está llegando a su fin. Ahora tengo sueño...mucho sueño creo que me voy a la cama y en un par de horas veremos.
Comenzaré un nuevo día... ¡me encanta la idea! nueva página del libro de mi vida.
Vuelvo a dudar si publicar esta entrada pero ahora no puedo pensar. Mi cama me espera y además... siempre la puedo borrar. Voy a hacer clic y... publicada está.

Boa noite gente...

Periodista aventurera en tierras africanas

Periodista aventurera en tierras africanas

"Yo soy una parte de todo aquello que he encontrado en mi camino"

"Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza".
Lord Alfred Tennyson, Poeta Inglés ( 1809 - 1892)

NUCLEO DE ARTE: http://www.africaserver.nl/nucleo/port/inde

NUCLEO DE ARTE: http://www.africaserver.nl/nucleo/port/inde
Maputo, Moçambique
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Con que personajes me estoy encontrando...

Hay dos tipos de viajeros:
Los que van huyendo de algo y los que van buscando algo (sin contar los 'flipados de la vida' claro... esos sí que son unos personajes).
En este viaje me estoy encontrado con todo tipo de gente. Viajar de mochila sola es mucho mas divertido de lo que esperaba.


[Mi viaje en Mozambique
esta siendo toda una experiencia]

Mi viaje en Mozambique y Malawi... lo mejor de viajar por estas tierras lindas

  • Los desconocidos que se convierten en grandes amigos... encontrar gente con las mismas inquietudes y forma de ver la vida en los lugares menos esperados
  • Caminar, caminar, caminar por cualquier rincon de la ciudad o aldea por la que paso
  • Desayunar el musli casero del backpackers en BT
  • Conocer el proyecto de PAMET (Paper Making Education Trust) y charlar y reirme con las mujeres que forman parte de PAMET (www.pamet.org.mw)
  • Ir con mi vestido de capulana tanzaniana y encontrarme en una estacion de chapas a una mujer que lleva puesta la misma capulana!!!
  • Las noches de guitarra y cerveza entre maluies, indios, sudafricanos, cubanos, canadienses y libaneses.
  • Aprender chichewa (lengua de Malawi) en una gasolinera perdida en Luchenza mienstras espero a que me vengan a 'ayudar' desde Blantyre
  • La lluvia en Malawi
  • El sonido de los arboles de Mulanje
  • Las libelulas al atardecer desde el Monte Mulanje
  • Despertarme con el canto del gallo y los pajaros (no necesito despertadOr!)
  • Llorar de felicidad cada vez que la vida me regala un momento nuevo...
  • Entrar en un templo hinduista y charlar con los sacerdotes indios en el centro de la ciudad
  • Comer injera y doro wet... sentirme por unas horas en mi querida Ethiopia (saudades, saudades...!)
  • Encontrar un restaurante de comida ETIOPE en Blantyre... y hablar amarico con el duenho!!!!!!!!!!
  • Llegar hasta Blantyre (Malawi) en un chapa rodeada de sacos de maiz y hormigas voladoras
  • Llegar a la frontera con Malawi y cruzarla a pie bajo la lluvia
  • El viaje en camioneta por una carretera perdida de Gurue a Milange
  • Montar en el camion verde del Senhor Sacoor
  • Charlar con el Senhor Muana Sacoor
  • Relajarme en la cima de la cascada con el sonido del agua que corre...
  • Los caracoles de los caminos de tierra
  • El olor a lluvia entre bosques de bambu y eucalipto
  • Encontrar unas cascadas espectaculares despues de 3 horas de caminata de subida en una montanha (15km a pie!)
  • Conocer el proyecto del padre Ilario (PARABENS...!!!)
  • Perderme entre las plantaciones de te
  • Las montanhas de Gurue
  • Los pajaros a la entrada de Limoe
  • Reirme con los 'mocambico-cubanos' de Gurue
  • La llegada a Mutali
  • Encontrar y comer uvas en la mitad del mato
  • Disfrutar del espectacular paisaje de montanhas en Niassa
  • El viaje en tren de Nampula a Mutuali
  • Descansar en la 'estera-cama' de Mahari
  • Los chicles 'made in brazil'
  • Escuchar a Luck Dub en Caia
  • Sentir la brisa rozar mi cara a través de la pequeña ventana de machibombo
  • Pasear por la noche en la Isla bajo un manto de estrellas
  • Perseguir cangrejos por la playa
  • Descubrir playas paradisiacas
  • Navegar en dhow
  • Descubrir los rincones más insospechados de la Isla de Mozambique
  • Beber un buen vaso de zumo de mango helado
  • Dibujar 'caritas felices' en las yemas de los dedos de los crios con los que me encuentro
  • La hospitalidad de la gente (en todas partes...!!!)
  • compartir lo que tengo con mis 'compañeros de viaje' espontáneos
  • Escribir cuando se puede en el chapa en mi libreta de 3 meticais
  • Caminar entre manglares
  • Escuchar la selección de los 'greatest hits' de la música marrabenta compartiendo chapa con 32 personas más (sip, 33 personas en total embutidas como sardinas en un chapa de Maxixe a Inchopte)
  • Encontrarme con caras conocidas en los lugares más insospechadas (Helder, Valoy, Bavazana...que bom a gente curtio na praia!!!)
  • Los consejos de Gerald y 'Big F****Andy'
  • La amabilidad y hospitalidad de los moçambicanos con los que me voy encontrando (Obrigada Sr.Miguel, Augosto, Emilio, Mama Maria, Edilson....)
  • La brisa que entra por la pequeña ventana en el Nampula Express de Quelimane a Nampula
  • Cuando alguno de los pequeños que viajan en el chapa me tocan y acarician la cabeza
  • Beber 'savana' helada en la playa
  • Las serenatas en inglés, italiando, español, alemán y portugués del viejo João en la Mercado Central de Inhambane
  • Comer 'barracuda peixe' en el mercado del pueblo
  • Conocer gente... viajeros aventureros con mil experiencias que enriquecen mi mundo
  • Conversaciones sobre la vida alrededor de una hoguera en la playa con desconocidos que dejan de serlo
  • Charlar con las mamas, los pescadores, los niños de cada pueblo por el que paso
  • Un baño a media noche en el Océano Indico bajo un cielo estrellado
  • Caminar descalza