Si alguien alguna vez me hubiera dicho que Maputo tenía vida nocturna, jamás lo hubiera creído... más que nada por la imagen que tenemos de Africa en general y de las capitales en estos continentes. Después de mi experiencia habesha, en la gran Abyssina (Etiopía) pensé que nada podría sorprenderme de esta ciudad pero cual lejos estaba de la realidad.
El fin de semana comenzó el viernes, cuando nos invitaron a Amparo (mi compañera de piso) y a mí a un concierto en el Centro Cultural Franco-Moçambicano. No teníamos ni idea de donde estaba, quién tocaba ni quiénes íbamos. A las nueve y media, Carlos (un compañero de trabajo gallego) nos esperaba en la puerta para llevarnos a lo que sería uno de los conciertos en directo más alucinantes a los que he ido. El estilo de música... ni lo sé describir porque era una mezcla de jazz, soul, musica africana, salsa... un tal Davy Sicard que nos dejó a todos con la boca abierta... dos horas y medio de concierto que hicieron bailar a todos los que estabamos presentes. Este hombre, musicalmente hablando es como un hibrido entre Tracy Chapman, Ben Harper e Ismael Lo... un músico con talento que brilla con luz propia.
Después del concierto llego la hora de socializar: moçambicanos, austriacos, portugueses, brasileñs, japoneses, finlandeses, americanos, franceses... una "mini torre de babel" en un remoto lugar del mundo. Todos con sus historias y todos con espíritu aventurero. Unas cervezas, risas y para casa. Al día siguiente a las seis de la mañna madrugábamos para ir a Inhaca, un isla paradisiaca a tres horas en barco de la costa de Maputo.
Pero un sms a las tantas de la madrugada cancelaba la salida... el mal tiempo y la lluvia echaban todo para atras. Porque parezca verdad o no (otro topico que cae), aqui llueve mucho y hace frio en epoca de "veraõ" como dicen aqui. Así que pasamos la mañana durmiendo y organizando la casa. Por la tarde, otro sms para quedar, esa noche hay plan: conocer la vida nocturna de la ciudad. Empezamos en el Cafe-bar de un centro cultural de ambiente moçambicano, un cafe y dos tés, musica en directo y confesiones de tres desconocidas que tratabamos de dejar de serlo: Raquel, una portuguesa que lleva afincada en Maputo algo más de un año trabajando para una empresa de importación, Amparo, una Ingeniera de Obras que llevará proyectos en dos municipios a las afueras de la ciudad y una servidora, periodista aventurera con ganas de vivir experiencias nuevas y escribir "historias con sentido".
Despues cambio de lugar, íbamos al Gil Vicente, uno de los bares de jazz con mas tradición y famosos de la ciudad. En el escenario una voz de una mujer dejaba sin respiracion a los asistentes. El bar lleno de gente y los gin tonic y la cerveza empezaban a aparecer en nuestras manos. Fin del concierto y suben nuevos musicos... el protagonista un pequeño bajista de no más de doce años, a las tantas de la noche cantando y tocando como un autentico profesional. Eso sólo se ve aquí...este pequeño artista si estuviera en Europa seguro que sería un estrella con todas las de la ley.. talento, mucho talento y su voz nos anima a bailar. Rodeadas de desconocidos y al mismo tiempo hablando con todo el mundo... eso es "a vida" como diría un rastafari que se ha pegado a nosotras. Más gin tonic y cerveza y decidimos cambiar de lugar.
Despues cambio de lugar, íbamos al Gil Vicente, uno de los bares de jazz con mas tradición y famosos de la ciudad. En el escenario una voz de una mujer dejaba sin respiracion a los asistentes. El bar lleno de gente y los gin tonic y la cerveza empezaban a aparecer en nuestras manos. Fin del concierto y suben nuevos musicos... el protagonista un pequeño bajista de no más de doce años, a las tantas de la noche cantando y tocando como un autentico profesional. Eso sólo se ve aquí...este pequeño artista si estuviera en Europa seguro que sería un estrella con todas las de la ley.. talento, mucho talento y su voz nos anima a bailar. Rodeadas de desconocidos y al mismo tiempo hablando con todo el mundo... eso es "a vida" como diría un rastafari que se ha pegado a nosotras. Más gin tonic y cerveza y decidimos cambiar de lugar.
Cogemos carretera y nos vamos a la zona conocida aquí como Costa del Sol... en frente de la playa la discoteca más "chic" de Maputo... sólo la gente con pasta puede permitirse el pagar 300 meticais, unos 9 euros al cambio, poco dinero para nosotros y mucho para ellos. A la entrada... un armario 4 x 4 nos pone un sello en la mano y empieza la fiesta. Bajamos las escaleras del Lounge (asi se llama el sitio) y entramos en otra dimension. Musica techno y house al más estilo europeo que no tiene nada que envidar a ninguna discoteca de moda madrileña, gente guapa y mucho baile. Seguimos con el gin tonic y decidimos explorar el lugar. Una puerta acristalada nos lleva a una piscina-terraza que une el Lounge con el Coconuts, una discoteca al aire libre al mas estilo Ibiza. Ritmos de funky, regge, hip hop y musica africana hacen vibrar el lugar. No cabe ni un alma, otro armario 4x4 nos recibe en esta discoteca al aire libre, nos pasa una luz neon por la mano para ver el sello y nos deja pasar. Ahi nos dejamos llevar...bailar, bailar y bailar... y cuando nos cansamos cambiamos de lugar... asi toda la noche hasta que de repente en el Lounge y bailando al ritmo mas housero conocemos a los "chicos de la isla". Un madrileño y un pamplonense que llevan meses viviendo en una isla privada al norte del pais: Tambuzi Island. Ciudadanos del mundo, locos del buceo, el surf y la aventura se unen a nosotras para pasar la noche más divertida desde que llegamos. No miramos el reloj, el tiempo pasa, ya es de día y todavia estamos dançando.
Un amanecer, el sol, la playa y decidimos volver a casa. Los tacones hacen mella y el cansancio se apodera de nosotras. La noche termina y el día empieza...y aunque nosotras nos marchamos la fiesta maputiense continúa... esto es "a vida em Maputo"
2 comentarios:
viva el lounge, viva maputo y viva tu! Guapa!
desde mi isla.
alvaro.
yo quiero ir de fiesta también por Maputoooooooooo.
un beso
César
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