"ESCRIBIR SALE DEL ALMA"
Gabriel García Márquez".

"África es uno de los continentes más ricos del mundo en recursos minerales,  pero tiene a la gente más pobre del mundo". Y la más explotada, también. 
Southern Africa Resource Watch (SARW)

lunes, 17 de noviembre de 2008

Cómo avivamos la guerra más sangrienta de África. Por Johann Hari

Y siguiendo en mi línea informativa este artículo (aunque poco tiene que ver con Moçambique) me impactó y no me dejó indiferente cuando llegó a mis manos. Hoy me siento con ganas de comunicar y compartir lo que leo...
Lo pongo porque creo que es importante estar informados de la REALIDAD que nos rodea.
Este artículo de Johann Hari no tiene desperdicio.



Cómo avivamos la guerra más sangrienta de África.
Por Johann Hari


Traducido por Mar Rodríguez y revisado por Manuel Talens
La guerra más sangrienta desde que Adolf Hitler marchara sobre Europa ha comenzado de nuevo y es casi seguro que usted lleva en el bolsillo un trozo empapado en la sangre de dicha matanza. Cuando analizamos el holocausto en el Congo, con 5,4 millones de muertos, surgen en tropel los manidos clichés sobre África: se trata de un «conflicto tribal» en «el corazón de las tinieblas». No lo es. La investigación de Naciones Unidas halló que se trataba de una guerra dirigida por «ejércitos de empresas» para hacerse con los apreciados metales preciosos de la sociedad de nuestro siglo XXI. La guerra en el Congo es una guerra en la que usted está implicado.

Cada día pienso en las personas que conocí en las zonas de guerra del este del Congo cuando enviaba mis reportajes desde allí: las salas llenas de mujeres que habían sufrido violaciones en grupo a manos de las milicias y habían recibido disparos en la vagina, los batallones de niños soldados, muchachos de 13 años drogados y aturdidos a quienes habían obligado a asesinar a miembros de sus propias familias para que no pudieran intentar escapar y volver a casa... Pero, curiosamente, mientras veía en la CNN cómo volvía a comenzar la guerra, me sorprendí pensando en una mujer que conocí y que, para lo que ocurre en el Congo, no había sufrido demasiado.

Un día regresaba a Goma en coche desde una mina de diamantes cuando se me pinchó un neumático. Mientras esperaba que lo arreglaran, me quedé en pie al lado de la carretera y contemplé las largas filas de mujeres que recorren los caminos al este del Congo con todas sus posesiones a la espalda en bultos grandes y pesados. Paré a una mujer de 27 años, llamada Marie-Jean Bisimwa, que llevaba cuatro niños pequeños caminando a su lado. Me dijo que tenía suerte. Sí, habían quemado su pueblo. Sí, había perdido a su marido en medio del caos. Sí, habían violado a su hermana, que se había vuelto loca. Pero ella y sus hijos estaban vivos.

La llevé en coche y sólo tras unas horas de charla por las carreteras llenas de baches me di cuenta de que a los hijos de Marie-Jean les pasaba algo raro: estaban acurrucados, con la mirada fija al frente, no miraban a su alrededor ni hablaban ni sonreían. «Nunca he podido darles bien de comer», explicó. «A causa de la guerra».
Sus cerebros no se habían desarrollado, ya nunca lo harían. «¿Se pondrán mejor?», preguntó. La dejé en un pueblo a las afueras de Goma y sus hijos bajaron tambaleándose tras ella, sin rastro de expresión.

Hay dos historias sobre el comienzo de esta guerra: la oficial y la verdadera. La oficial cuenta que, tras el genocidio en Ruanda, los asesinos en masa de la tribu hutu cruzaron huyendo la frontera y entraron en el Congo y el gobierno de Ruanda los persiguió. Pero es mentira. ¿Cómo lo sabemos? El gobierno de Ruanda no siguió a los genocidas hutus, al menos no al principio; fueron a los lugares donde se encontraban los recursos naturales del país y comenzaron el saqueo. Incluso dijeron a sus tropas que colaboraran con todo hutu que se encontrasen. Congo es el país más rico del mundo en oro, diamantes, coltán, casiterita y muchos otros, y todos querían una parte del pastel, así que otros seis países lo invadieron.

Estos recursos no se robaron para su uso en África, sino para poder vendérnoslos a nosotros. Cuanto más comprábamos, más robaban (y mataban) los invasores. El auge de los teléfonos móviles causó un aumento espectacular en las muertes, porque el coltán que contienen se halla principalmente en el Congo. La ONU señaló a las empresas internacionales que creía implicadas. Anglo-America, Standard Chartered Bank, De Beers y más de otras cien (todas niegan las acusaciones). Pero, en lugar de poner freno a estas corporaciones, nuestros gobiernos exigieron a la ONU que dejara de criticarlas.

En ocasiones la lucha decayó. En 2003, la ONU consiguió por fin la firma de un acuerdo de paz y los ejércitos internacionales se retiraron. Muchos continuaron su labor por medio de milicias afines, pero la carnicería se redujo en cierta medida. Hasta ahora. Como con la primera guerra, hay una historia que ocupa las portadas y una verdad. Un líder de una milicia congoleña, llamado Laurent Nkunda, apoyado por Ruanda, afirma que necesita proteger a la población tutsi de los mismos genocidas hutus que llevan ocultos en las selvas del este del Congo desde 1994. Ésta es la razón por la que está ocupando bases militares congoleñas y está listo para avanzar sobre Goma.

Es mentira. François Grignon, director para África del International Crisis Group, me cuenta la verdad: «Nkunda está recibiendo financiación de algunos empresarios de Ruanda para poder conservar el control de las minas de North Kivu. Éste es el núcleo absoluto del conflicto. Lo que estamos viendo ahora es a los beneficiarios de la economía ilegal de la guerra luchando por mantener su derecho a la explotación».
En este momento, los intereses comerciales de Ruanda obtienen una fortuna de las minas de las que se apoderaron ilegalmente durante la guerra. El precio mundial del coltán ha caído en picado, por lo que ahora se centran hambrientos sobre la casiterita, que se utiliza para la elaboración de latas y otros productos desechables. Cuando la guerra comenzó a decaer, cabía la posibilidad de que perdieran su control en favor del gobierno congoleño elegido, por lo que le han dado otro sangriento empujón.

Pero el debate sobre el Congo en Occidente, cuando se da, se centra en nuestra incapacidad de colocar una venda decente, sin mencionar que estamos causando la herida. Es verdad que los 17 000 soldados de la ONU en el país están fracasando estrepitosamente en la protección de la población civil y necesitan grandes refuerzos con urgencia, pero resulta incluso más importante dejar de impulsar la guerra en primer lugar, con nuestra compra de recursos naturales manchados de sangre. Nkunda sólo tiene armas y granadas para enfrentarse al ejército congoleño y a la ONU porque le compramos su botín: debemos acusar a las empresas que lo compran de inducción a crímenes contra la humanidad e introducir un impuesto mundial sobre el coltán para poder mantener unas tropas de mantenimiento de la paz más numerosas e importantes, para lo cual debemos preparar un sistema internacional que valore las vidas de los africanos más de lo que valora los beneficios.

En alguna parte, perdidos en el gran expolio de los recursos del Congo, se encuentran Marie-Jean y sus hijos, cojeando una vez más por la carretera, con todas sus posesiones a las espaldas. Probablemente nunca usen un teléfono móvil lleno de coltán, una lata de judías forjada con casiterita ni un collar de oro, pero puede que mueran por uno.

http://www.johannhari.com/archive/article.php?id=1405





1 comentario:

Unknown dijo...

Sandra,
Este articulo es muy interesante, pero la verdad, es que tristemente no es sorprendente, porque, lo que esta pasando en el Congo, se puede aplicar a muchos otros paises africanos. Es el contraste entre grandes riquezas personales y naturales y un pueblo hambriento. Guerras sangrientas, omison de derechos humanos basicos, mientras que muchos paises, "mas desarrollados" esperan, observan o ignoran una dura realidad.
Otra vez mas, me parece un punto de vista muy interesante.
Besos

Periodista aventurera en tierras africanas

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"Yo soy una parte de todo aquello que he encontrado en mi camino"

"Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza".
Lord Alfred Tennyson, Poeta Inglés ( 1809 - 1892)

NUCLEO DE ARTE: http://www.africaserver.nl/nucleo/port/inde

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Con que personajes me estoy encontrando...

Hay dos tipos de viajeros:
Los que van huyendo de algo y los que van buscando algo (sin contar los 'flipados de la vida' claro... esos sí que son unos personajes).
En este viaje me estoy encontrado con todo tipo de gente. Viajar de mochila sola es mucho mas divertido de lo que esperaba.


[Mi viaje en Mozambique
esta siendo toda una experiencia]

Mi viaje en Mozambique y Malawi... lo mejor de viajar por estas tierras lindas

  • Los desconocidos que se convierten en grandes amigos... encontrar gente con las mismas inquietudes y forma de ver la vida en los lugares menos esperados
  • Caminar, caminar, caminar por cualquier rincon de la ciudad o aldea por la que paso
  • Desayunar el musli casero del backpackers en BT
  • Conocer el proyecto de PAMET (Paper Making Education Trust) y charlar y reirme con las mujeres que forman parte de PAMET (www.pamet.org.mw)
  • Ir con mi vestido de capulana tanzaniana y encontrarme en una estacion de chapas a una mujer que lleva puesta la misma capulana!!!
  • Las noches de guitarra y cerveza entre maluies, indios, sudafricanos, cubanos, canadienses y libaneses.
  • Aprender chichewa (lengua de Malawi) en una gasolinera perdida en Luchenza mienstras espero a que me vengan a 'ayudar' desde Blantyre
  • La lluvia en Malawi
  • El sonido de los arboles de Mulanje
  • Las libelulas al atardecer desde el Monte Mulanje
  • Despertarme con el canto del gallo y los pajaros (no necesito despertadOr!)
  • Llorar de felicidad cada vez que la vida me regala un momento nuevo...
  • Entrar en un templo hinduista y charlar con los sacerdotes indios en el centro de la ciudad
  • Comer injera y doro wet... sentirme por unas horas en mi querida Ethiopia (saudades, saudades...!)
  • Encontrar un restaurante de comida ETIOPE en Blantyre... y hablar amarico con el duenho!!!!!!!!!!
  • Llegar hasta Blantyre (Malawi) en un chapa rodeada de sacos de maiz y hormigas voladoras
  • Llegar a la frontera con Malawi y cruzarla a pie bajo la lluvia
  • El viaje en camioneta por una carretera perdida de Gurue a Milange
  • Montar en el camion verde del Senhor Sacoor
  • Charlar con el Senhor Muana Sacoor
  • Relajarme en la cima de la cascada con el sonido del agua que corre...
  • Los caracoles de los caminos de tierra
  • El olor a lluvia entre bosques de bambu y eucalipto
  • Encontrar unas cascadas espectaculares despues de 3 horas de caminata de subida en una montanha (15km a pie!)
  • Conocer el proyecto del padre Ilario (PARABENS...!!!)
  • Perderme entre las plantaciones de te
  • Las montanhas de Gurue
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  • Reirme con los 'mocambico-cubanos' de Gurue
  • La llegada a Mutali
  • Encontrar y comer uvas en la mitad del mato
  • Disfrutar del espectacular paisaje de montanhas en Niassa
  • El viaje en tren de Nampula a Mutuali
  • Descansar en la 'estera-cama' de Mahari
  • Los chicles 'made in brazil'
  • Escuchar a Luck Dub en Caia
  • Sentir la brisa rozar mi cara a través de la pequeña ventana de machibombo
  • Pasear por la noche en la Isla bajo un manto de estrellas
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  • Caminar entre manglares
  • Escuchar la selección de los 'greatest hits' de la música marrabenta compartiendo chapa con 32 personas más (sip, 33 personas en total embutidas como sardinas en un chapa de Maxixe a Inchopte)
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