
Hace una semana, la coordinadora del área de Municipios de la oficina me preguntó si podría echarles un cable en una campaña sobre "agua" que iban a lanzar en el pequeño municipio de Manhiça. No lo dudé y le dije que sí. Como siempre yo en mi línea de aceptar cualquier reto y "lanzarme a la piscina" como se dice sin dudarlo... Es irónico en pensar en "agua " en un país como este. Moçambique es un país del tamaño de Portugal, España y Francia juntas... el norte no tiene nada que ver con el sur. La variedad de dialectos y etnias enriquecen de forma extraordinaria la cultura del país. Y lo que acontece en el este no pasa en el oeste, lo que se vive en el norte no se vive en el sur... y un claro ejemplo son las lluvias. Estamos oficialmente en época de lluvias y aunque en Maputo lo notamos creo que no es comparable (esto ya lo he escrito en otra ocasión en este blog) con la zona centro-norte del país.
El caso es que a pesar de que puede parecer que estamos "sobrados de agua" (por decirlo de alguna manera) yo además de estar trabajando en el tema de las inundaciones entre otras muchas cosas acepté el reto de la "Campaña de agua" para Manhiça.
¿Recordais la entrada del blog que escribí en Noviembre sobre los "Líderes y Chefes de Barrio en Manhiça? pues era volver otra vez allí. Efectivamente, ese pequeño pueblo a una hora de Maputo, casi en el medio de la nada y con una gente tremendamente auténtica que me impactó y de los que guardo el mejor recuerdo.

¿Y en qué consiste esta campaña? bueno, tiene dos objetivos principales: el primero concienciar a la gente sobre la importancia del agua. Aquí como en cualquier lugar del mundo es un bien preciado y visto como están las cosas aquí tiene un valor y respeto profundo. Y segundo el de informar a la gente que también debe de pagar (más que nada por el tema de mantener las infraestructuras e instalaciones como es lógico) para poder continuar con el servicio que se está dando.
Estuve varios días pensando qué podía diseñar, que fuera sencillo y claro y sobre todo que lo entendiera la gente. Trabajé en varias ideas que presenté a la coordinadora de municipios. Lo que más me llamó la atención fue que los "diseños" más currados quedaron descartados desde el principio... me olvidé "de mirar y pensar con ojos de aquí y no con mi mente de allá".
Lo principal era o mejor dicho es el de sensibilizar y concienciar a la gente del municipio para que pague el agua que consume. Lo de pagar, pues tiene su lógica ya que hay que mantener lo que se ha hecho por el beneficio de todos.

Así que después de varias diseños y una "encuesta" hecha en la oficinia se decidirían los carteles oficiales para esta campaña.
Absolutamente todo el mundo participió y dio su opinión en la selección. Mis compañeros de trabajo y los espontáneos que aparecían por la oficina estaba evaluando mi trabajo y dando suopinión sobre su cartel favorito. Me sentía como en uno de esos concursos en los que el "gran jurado" debe de dar su veredicto...
Yo aguardaba nerviosa. Porque para mí era un reto que había aceptado. Quería estar a la altura y no decepcionar a la gente ni a mí misma. Sobre todo, no quería fallar ni traicionar la confianza puesta en mí por parte de la coordinadora de municipios. Y por lo menos para mí eso es una gran responsabilidad.
Ahora echando la vista atrás recuerdo esas semanas de nervios (porque no sólo tenía lo de la "Campaña de agua" sino que tenía y aún tengo mil cosas más entre manos). Casi no podía dormir y además con lo del esguince, los cambios vividos, la preparación de mi cumpleaños...
Es aquí donde sé que debo desconectar al máximo cuando salgo del trabajar. Son demasiadas emociones, responsabilidades, retos y situaciones que sino sé canalizar bien pues me pueden provocar los "siete males". Por eso mi "cultura del positivismo" que me ayuda a seguir para adelante y ver todo de forma diferente.

En la educación está la clave de muchos males que azotan este mundo tan maravilloso en tantas ocasiones y tan abominable en otras. Quizás los resultados no se pueden ver de inmediato... pero ya hay una semilla sembrada... y los resultados sí que se pueden ver en un futuro. Qué le voy a hacer... yo tengo esperanza y soy una soñadora. Y sip, sueño que todo lo que se hace aquí tenga unos resultados positivos a largo plazo. Y de verdad lo deseo, lo visualizo y confío en ello.
En fin, que el caso es que ahora toda Manhiça tiene mis cartelitos...nunca lo hubiera imaginado... y creo que voy a tener que hacer más... ¡me encanta mi trabajo!
Tantos nervios y estrés han valido la pena... estoy tan feliz que no quepo en mí misma.